22 de octubre de 2012

Visto en Sitges 2012 (II)

Continúo con las cosas que vi en Sitges 2012...

Invasor (Daniel Calparsoro)

Fui confundido, quizá engañado, a ver esta película. Me explico: hace ya unas cuantas semanas vi en el cine el trailer de Invasor, la nueva peli de Daniel Calparsoro. Según el recuerdo que tenía de lo que el trailer me dio a entender, pensaba que iba a ver una película de suplantación de personalidad, de borrados de mente, o algo así. Ni idea de porqué pude llegar a pensar eso. Viendo la película, poco a poco me fui dando cuenta de que nada de eso. Se trata de un convencional thriller, con intriga, persecuciones, planos aéreos, mucho movimiento de cámara, personajes malotes y personajes honrados a más no poder... Lo dicho: convencional. 

¿Dónde pueden radicar las cosas buenas? Veamos... Alberto Ammann, el protagonista, buenazo padre de familia, puro de corazón, cumple en su papel de héroe, así como Antonio de la Torre, que haga lo que haga, estará bien hecho. Es lo que tiene ser un actor de raza. Inma Cuesta es la mujer de Ammann, y no tiene especial gancho en la película, da la impresión de estar incluida únicamente en la trama para hacernos comprender lo mucho que el protagonista la quiere. Y por último está Karra Elejalde, que cuando tiene que ponerse cínico, es mejor que nadie, pero cuando intenta abarcar algún otro registro, chirría un pelín. No me terminó de convencer en su papel, aunque es otro grande. 

Respecto a la dirección, a mí personalmente Daniel Calparsoro no me gusta como director (su primera película, Salto al vacío, era una muy mala imitación de lo que hacía Quentin Tarantino; la segunda, Pasajes, era un sinsentido; y posteriormente Guerreros, aunque subía un poco el nivel de las anteriores, me dejó bastante indiferente). En esta película no dirige mal, pero sus intenciones de querer hacer algo demasiado parecido a thrillers americanos con mucho presupuesto (en bastantes ocasiones me acordé de Michael Bay), no encajan en la historia. 

Por cierto, la historia es la siguiente: Alberto Ammann y Antonio de la Torre interpretan a unos médicos militares españoles en Irak que sufren un atentado terrorista, del que el primero no sale muy bien parado. Cuando despierta tiempo después en el hospital, descubre que les han condecorado y son tratados como héroes, pero poco a poco empieza a recordar y sabe que no es así, porque ocurrieron cosas que no deberían salir a la luz. Él intentará encargarse de que sí la vean, mientras que otros harán todo lo posible para que no. En resumen: correcto thriller convencional que falla en querer parecerse descaradamente a algunas superproducciones, con efectismos que no encajan ni en la trama ni en la película en general.

Mekong Hotel (Apichatpong Weerasethakul)

Hace un par de años, Apichatpong Weerasethakul (en adelante le llamaré Papichulo, porque a ver quién es el guapo o la guapa que se atreve a volver a escribir ese nombre, y no digamos ya a pronunciarlo) sorprendía en el Festival de Cannes ganando la Palma de Oro con su película El tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas, despertando todo tipo de opiniones, aunque predominaron las malas. Esta película que nos ocupa es un mediometraje, y menos mal... Si alguien quiere dejarlo con su pareja, si quiere que alguien le deje de hablar, si quiere buscarse algún tipo de enemigo, que no lo dude: no tiene más que ver algo como esto en su compañía. Papichulo ha dirigido algo así como la nada más absoluta.  

Como digo, afortunadamente es un poquito menos de una hora de duración, pero créanme: se hace una eternidad. Planos larguísimos, conversaciones insulsas que no interesan a nadie, una trama que... ¿había trama? Todo ello aderezado con una musiquilla continua (continua) de fondo, de una guitarra española que no para de sonar. He leído por ahí algo de que Papichulo cuenta una historia pseudo-documental, ambientando la película en un hotel donde rodaron otra película anteriormente y que quiere mostrar la vida de ese lugar, en el que incluso existe gente vampira... En fin, el cachondeo padre, un despiporre. Papichulo ha dirigido una película ideal para poder echarse una siesta muy pero que muy placentera. Sin prejuicios.

Henge (Hajime Ojata)

Tras el chasco de la anterior insufrible película comentada, ya esperaba ver cualquier cosa, creo que mi cuerpo se consideraba inmune a según qué tomaduras de pelo. Bien, tuve suerte y pude ver algo que no tenía absolutamente nada que ver con la película de Papichulo. De hecho, Henge se convirtió en una de las grandes sorpresas de mi estancia en Sitges (aunque nadie habla de esta película, al estar programada fuera de lo que suele ser más comercial o accesible para el público en general). Se trata también de un mediometraje y cuenta la historia de una mujer y su marido, el cual cada cierto tiempo tiene unos ataques muy raros, similares a los epilépticos, pero de los que los especialistas no han podido descubrir su origen. Pronto la mujer descubrirá que con esos ataques, que duran unos minutos, su marido se va transformando en un bicho muy raro y peligroso para mucha gente.

Esta película no es que sea la leche, pero es tan bizarra, tan... japonesa, que me enganchó de lleno. Inicialmente parece un drama, luego una película de terror, suspense y misterio, luego un slasher, para acabar siendo (y esto es lo que más me gusta porque ya desvaría a más no poder) una película de monstruos al más puro estilo kaiju eiga (género al que pertenecen las películas de Godzilla, Gamera, etc). Un sinsentido tan simpático, con unos ambientes tan chungos y yendo tan directo al grano, que hace que merezca realmente la pena.

Human core (Manfre & Iker Iturria)

Un experimento de ciencia-ficción, que inicialmente fue un cortometraje y luego se convirtió en serie de televisión (que ya ha debideo de ser emitida en algún canal, por cierto) que cuenta cómo en el futuro, cinco individuos (en principio, humanoides) se prestan a ser conejillos de indias para una serie de pruebas en las que se observará, durante una buena cantidad de días, cómo reaccionan. Esas pruebas tendrán que ver con algunos de los sentimientos que se pueden encontrar en la condición humana, como por ejemplo la ansiedad, el dolor, la ira...

La estética de esta película llama mucho la atención, así como el vestuario o el maquillaje y los actores, que salvo alguno, dan muy bien el pego como humanoides, carentes de emociones . La idea no está mal, pero termina siendo excesivamente repetitiva. Un individuo es aislado y lo van poniendo a prueba. Luego otro, y luego otro... Y por si fuera poco, antes de ver cómo reacciona cada uno, la película ya se encarga de decirnos qué va a pasar, porque lo ponen en unos rótulos explicativos que indican la evolución del experimento con cada uno. Así que el factor sorpresa ya no va a existir por ningún lado. Por eso, acaba aburriendo y siendo algo molesto. Es esto por tanto un curioso experimento cinematográfico que no llega a buen puerto debido a los defectos comentados (y a alguno más que quizá se me escape). Y la idea no es mala...

A fantastic fear of everything (Chris Hopewell & Chrispian Mills)

Sin duda uno necesitaba una comedia, después de lo visto anteriormente... así que en principio parecía que esta película que nos ocupa, con el gran Simon Pegg de protagonista (Shaun of the dead, Arma fatal), cumpliría el cometido de animar el día. Lo hizo, en parte. Esta es una película que cuenta la paranoia de Jack (Pegg), escritor que cree que en cualquier momento será asesinado, por lo cual no sale nunca de casa y vive casi constantemente agarrado a un afilado cuchillo, por si las moscas. Cuando por una serie de circunstancias tiene que ir a una lavandería, muchos de sus temores acuden de nuevo a él, haciéndosele demasiado cercanos...

Toda la primera parte de la película se hace demasiado larga. Tiene algunos momentos muy divertidos y bien rodados (ambiente oscuro y sórdido dentro de la casa, la noche y la iluminación fuera de ella), pero una vez que ya se ha visto cómo vive el protagonista y cuáles son sus paranoias, el guión se recrea una y otra vez en ello, esperando el espectador que por fin pase algo, de una vez por todas. Ya en la segunda mitad, en la lavandería, por fin se ha cambiado de accióm y se cambia incluso de historia, porque todo da un curioso giro, o quizá más de uno, siendo este otro de los fallos, que la película va dando tumbos de un lado a otro, no se sabe a dónde narices quiere llegar y esto, también, cansa. Eso sí, de vez en cuando sale algún comentario o situación divertida y eso es muy de agradecer. Un ejemplo: hay una discusión sobre qué es exactamente el heavy ochentero o el rock clásico, que bien merece la pena escuchar, o incluso debatir al acabar la proyección. Estas cosillas, unidas a la gran interpretacion de Simon Pegg (absoluta estrella de la barraca), forman una película divertidilla, correcta pero que no llega a ser gran cosa.

Continuará...

¡Extra, extra!

Un par de imágenes sobre alguna de las películas comentadas...

Equipo de "Human Core"
Los dos directores a la izquierda de la foto y tres de los actores a su lado

Chrispian Mills, alias "Vaya resaca tengo, pero ¿a que molo mazo?"
Codirector de "A fantastic fear of everything"

1 comentario:

  1. Ei!
    Esta semana vi "Invasor", ¿qué hacía una película como ésta en el festival de Sitges? Ni es fantástica, ni de terror, y personalmente no me ha gustado, así que se la podrían haber ahorrado. Patillera, y que crean en el cine estadounidense que nos lo creemos todo, pase, pero que lo crea Calparsoro...
    Al menos Ammann está bueno.

    Olga.

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